lunes, 12 de diciembre de 2011

El Sueño.


A veces, sólo a veces, me pregunto por los sueños.

Los científicos dicen poden demostrar que todas nuestras noches están repletas de sueños y que si no fuera así estaríamos muertos. Dicen que es la forma que tiene el cerebro para mantenerse vivo, porque al parecer, él no necesita descansar.

Lo tengo bastante claro, y diferencio entre mis sueños y la realidad, porque la realidad siempre es mas cotidiana, llena de preocupaciones y con un ritual de trabajo y ocio que me acompaña día a día. Los sueños siempre son borrosos y sobrenaturales, están llenos de elementos fantásticos que para la realidad serían imposibles. Por eso, sé que cuando estoy despierta vivo y cuando duermo sueño.

Pero hay personas, sólo pocas personas, que alguna vez, en un pequeño momento de su vida, son agraciadas con vivir un sueño.
Ahora le pregunto yo a esos científicos, ¿cuál es la explicación matemática para esto?, ¿cómo puedo vivir un sueño despierta desde la consciencia? ¿Si ahora vivo cuando sueño, que hago mientras duermo?

No se en que punto quedan estas realidades opuestas y como se pueden intercambiar los papeles, pero ahora, sólo se que no sé si estoy despierta o dormida.
Después de todo, realmente ¿qué son las preguntas? Sólo preguntas. Y ¿que son las respuestas? Sólo respuestas. No creo q ningún científico tenga el valor de decirme que mi sueño no es real, que no lo estoy viviendo y no creo que sea capaz de decirme que ese sentimiento no existe.

Hay personas, sólo algunas, que viven un sueño. Yo ahora, justo en este punto ya se diferenciar entre mi vida y el sueño. Y tu ahora, deberías plantearte cuál es la realidad que vives y donde queda la consciencia y la inconciencia. Deberíamos seguir planteándonos donde nos encontramos o simplemente si vivimos el deseo que aquel sueño del que nunca quisimos despertar. O tal vez, otros crean que ese fantástico momento simplemente fue un sueño para no admitir su dolorosa realidad.

Yo hace un tiempo viví un sueño, un sueño en un tiempo muy concreto de mi vida, y ahora, creo que soñé esa realidad, porque hace tanto que no siento que siento que todo esta borroso.

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de la circunstancia
Ni me he gemido ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley (1849–1903)

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